lunes, 5 de diciembre de 2011

Hermann Hesse desde Gertrudis y En El Balneario


Quien se convirtiera en un inmigrante, quien ante el nacionalismo alemán reinante en el suceso de la Segunda Guerra Mundial, pusiera al ser humano por encima de los ideales de patria y nación a lo largo de su trabajo literario, quien puede ser considerado como uno de los grandes humanistas en la literatura, fue el maestro Hermann Karl Hesse, quien naciera a finales del sigo diecinueve en la pequeña localidad alemana de Calw.

Hermann Hesse, alabado por algunos y no muy bien recibido por otros tantos (quienes lo consideran tan solo como un autor de juventud) fue ganador del Premio Nobel de literatura en 1946.

Sus inicios se remontan a una fuerte formación religiosa proveniente de sus padres, los cuales eran misioneros cristianos. Hesse incursionó en un seminario evangélico del cual, el entonces joven, huyó demostrando una aversión por la denominada educación formal. Hecho que dejaría ver de una manera más profunda en "Bajo la Ruedas" de 1906, la cual junto a Peter Camenzind, se convertiría en su primer éxito editorial.

Adentrándose en oficios como relojero y librero, Hesse se acerca de alguna forma a la escritura, de manera aficionada, colaborando con algunos periódicos locales. Retoma a clásicos alemanes como Novalis y ahonda en uno de sus temas predilectos, como lo fue la mitología griega; escribe un par de libros experimentales de gran valor literario pero de poco económico.

Es solo con "Peter Camenzind" que su carrera literaria empieza a llamar la atención de críticos y editoriales, dejando ver lo que sería el inicio de una obra marcada por la espiritualidad, el conflicto interior del hombre de comienzos del siglo veinte y la cercanía a Dios.

Hesse tomaría elementos de la religión Budista, así como del Hinduísmo, sin dejar de lado su fuerte formación Cristiana. De este modo deja ver en varios de sus libros, las sabias enseñanzas de los maestros chinos y el legado de Buda.

Se puede decir que es inevitable hablar de Hesse sin tener como referencia obras como "El Lobo Estepario", "Siddhartha", o "El Juego de los Abalorios", pero también es sano hacer mención de obras suyas no tan reconocidas como "Gertrudis" y "En el Balneario".

En "Gertrudis", Hesse aborda uno de sus temas favoritos y profunda fuente de inspiración como es la música. En esta, el compositor Kuhn, conoce a la joven Gertrudis Imthor, a quien sencillamente no podrá dejar de querer nunca más, aún si su mejor amigo se casa con ella.

Incomparablemente escrita, esta novela es un relato de sentimientos ininteligibles, pero que ya llegando al final dejan ver la estrecha relación de estos con la naturaleza del protagonista, quien de una u otra forma encarna los miedos más humanos y sensatos posibles. "Gertrudis" es música, ópera, literatura y psicología, mezcladas en una delicada armonía, una obra que no debe faltar en la colección del autor.

En "En el Balneario", novela corta posterior enmarca un crudo retrato autobiográfico, con elementos anecdóticos, que reflejan la oscura, compleja y genial personalidad del autor, mientras introduce al lector de manera imperceptible en un mundo casi de fantasía, de sabias lecturas de situaciones comunes y reales, así como de profundas reflexiones.



La crítica a un mundo plano y materializado, la pulverización de los valores y la inmerecida comercialización de la sabiduría, hacen parte fundamental del cuerpo de esta deliciosa obra, en donde cualquier desprevenido lector puede avistar un asomo de similitud entre lo vivido, lo relatado por Hesse y la cotidianidad de la vida misma.

La descripción de hechos descuidados y rutinarios, presentados en un plano de severa crítica y reflexión, hacen de "En el Balneario", un hermoso y en ocasiones cómico relato, que muestra los aspectos más íntimos y personales de la vida del autor. Una verdadera oportunidad de saborear al Hesse de carne y hueso, al Hesse humano y mortal que pocas veces se presenta a sí mismo, sino que de una u otra forma lo hace a través de los personajes; este Hesse bañista y reumático, como él mismo se define, encarna una pequeña parte de las ambiciones y angustias más humanas, en ocasiones de ideales rústicos e inocuos, pero recurrentes en el querer de los hombres.

El Hesse enfermo y posteriormente convaleciente, rememora lo mejor de otro tiempo, a la vez que evoca la deseperanza frente a lo venidero, en una atmósfera de ilusión y nostalgia hacia lo bueno y lo sagrado.

Estas dos obras, seguramente no dibujan lo más leído de Hesse, pero sí muestran al inconfundible escritor y poeta, a través de títulos que no faltan a la esencia del incomparable genio que fue. No abandona su esencia y muestra detalles de su intimidad, su enfermedad, el respeto hacia la música, al igual que el amor puro y simple hacia una mujer.

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