jueves, 8 de diciembre de 2011

El espíritu de la Naturaleza de Ralph Waldo Emerson



El Ensayo de Emerson, que en español se conoce como "El Espíritu de la Naturaleza" y en su título original se denomina "Nature", es una gran lección en el proceso de entender, abordar, analizar, y convivir con la naturaleza; desde una mirada críptica, a la vez que real, efusiva y trascendental. Muestra la  eterna relación de los hombres con este concepto desde varias aristas, diferentes pero similares a la vez.

La naturaleza es una realidad porque se puede tocar y es susceptible de comprobación a cada momento, es por esta razón que el concepto de naturaleza entra al reino de los sentidos y de alguna forma es razonable por los hombres. La naturaleza efectivamente se deja ver.

Así mismo el autor separa dos conceptos dentro de la misma naturaleza, como lo son la sabiduría y la simple vulgaridad, elementos que se encuentran en los objetos naturales (aquellos no tocados o modificados por el hombre), es entonces esta la diferencia esencial entre las formas que asumen los objetos, pues para los antiguos, aquellos no reflejaban otra cosa que sabiduría.

La esencia de la naturaleza es la transformación, desde lo que no se puede transformar. Es así como una montaña transforma la forma de ver un día, e incluso puede transformar la esencia de un ser humano, pero sin que esta de alguna manera se transforme, pues de alguna forma se saldría de la idea de naturaleza, lo mismo pasa con un bosque u otro elemento natural.

En una segunda parte del ensayo, el autor asume conceptos que luego desglosa y clasifica como: Bienes materiales, belleza, lenguaje y disciplina. Todos ellos integrantes del todo, denominado la causa final de mundo, integrante de la esencia de la naturaleza.

En primer lugar, de los bienes materiales, puede decirse que de una u otra forma han cambiado para necesidad y uso de los hombres. Se han establecido como aportes de la naturaleza que se pueden usar para la vida y convivencia de los seres humanos. Podría adicionarse a esto, que los bienes materiales con el devenir de la civilización han pasado a ser en una medida considerable, bienes inmateriales, traducidos en leyes que gobiernan a los hombres.

Ahora, en cuanto a la belleza, esta puede enmarcarse en una necesidad humana en sí misma. Lo anterior por cuanto en el ser humano debe manifestar el amor hacia lo bello, en cualquiera de las expresiones que esto pueda presentarse.

La belleza estimula los sentidos. La relación del hombre con la naturaleza se traduce en arte y no puede haber arte sin que exista un elemento de belleza. Puede decirse que la misma naturaleza trae la belleza consigo. El hombre la apropia para sí y para la estimulación sensorial llegando al arte.



La belleza en la naturaleza está presente en todas sus formas y expresiones. Sería erróneo decir que la belleza  solo se presenta bajo el único y definible concepto de bello. Esto no es así y cualquier forma de naturaleza transmite belleza. No solo en determinadas estaciones y épocas del año, puede decirse que nos encontramos ante un bello paisaje o entorno natural, pues de acuerdo con Emerson, incluso un cadáver en descomposición transmite belleza. Así que belleza y naturaleza son intrínsecos, un concepto se compone del otro y viceversa. No hay belleza solo en lo agradable al ojo, sino en lo que estimula de alguna manera los sentidos.

Pero frente a esto, debe decirse también que la misma contemplación de los elementos de la naturaleza, trae consigo mismo la belleza. En algunos casos puede ser así, pero en otros perseguir la búsqueda de la belleza desde la exagerada contemplación, no puede llevarnos a encontrarla. La belleza se da cuando el elemento que la transmite, se integra de manera natural al entorno. Aquí Emerson habla de la luna en sí misma y la luz que esta le da al caminante en la noche.

La belleza entonces, acompaña claramente los actos del hombre, las actividades del hombre en cualquier momento y lugar. Y muchas veces los actos o creaciones del hombre, no serían lo mismo sin la naturaleza en su entorno, trayendo a la belleza consigo.

En este punto, hombre y naturaleza se vuelven uno solo, acompañándose en la vida corriente. El concepto de virtud es traído, en la medida en que esta virtud acompaña al hombre en su relación con las obras de la naturaleza. Un hombre de férreas virtudes y convicciones, puede incluso subordinar a la naturaleza, la puerta queda abierta para que el hombre asimile lo que puede y lo que debe del espíritu de la naturaleza.

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