lunes, 26 de diciembre de 2011

"El Gran Gatsby" de F. Scott Fitzgerald



La novela que F. Scott Fitzgerald no dudó en catalogar como una directa referencia personal, por cuanto la historia de Jay Gatsby, fue en gran parte la suya propia, se torna en un camino de laberinto y de complejas situaciones que parecen ser sacadas de la manga a lo largo de su desarrollo.


El contrabando de alcohol, la fiebre del oro, el foxtrot como ambiente ilusorio, que suponía adornar las grandes veladas ofrecidas por el nuevo rico Jay Gatsby (protagonista de la novela) y su amor irredento hacia Daisy, una chica que años atrás lo desechó debido a las grandes diferencias económicas que entonces los separaban. En la historia, las cosas cambian para Gatsby en ese sentido, y por una afortunada coincidencia se vuelve vecino de Nick Carraway, quien es el narrador de la historia. Nick es amigo de Tom, quien a su vez es el esposo de Daisy.

Aquí empieza un afán desmedido de Gatsby, por rencontrarse con Daisy, lo cual sucede gracias Carraway. La historia entonces toma un giro que deja entrever amores, odios y celos, todo esto mezclado con el creciente esnobismo propio de las clases altas en Long Island por la época dorada de los veintes.

La historia posiblemente sería una descripción más de la Norteamérica de los veintes, si no fuera por el ingenio que Fitzgerald pone en su narrador, que no siendo omnisciente, indirectamente incluye al lector en sus pensamientos y suposiciones. El personaje de Carraway es minuciosamente manejado, desde una indiferencia inicial hacia la historia misma, pasando por algo que podría denominarse como un borrador del desarrollo del personaje de Gatsby a través del narrador, quien ya se ve intrigado por los rasgos del primero. Al final Carraway termina siendo el más involucrado de todos en la vida de Gatsby, con un sentimiento de aceptación incondicional hacia su figura. Algo desmedido a primera vista, pero que le da cierto cuerpo a la historia, que de todas formas no termina de redondearse. De otro lado, se puede decir que al manejar este recurso literario, en ocasiones la trama se ve limitada, por cuanto la presencia de Carraway es requerida casi siempre, al estar contando una historia de amor casi ajena.
Los ingredientes de la cultura norteamericana son demasiado evidentes, desde la forma misma en que Fitzgerald contempla la historia, quien se vale de giros ajenos a la misma, que ayudan a construir el final. Se puede decir que influyó en muchos elementos, (incluso propios de la trama) a novelas norteamericanas posteriores como "El cartero siempre llama dos veces" del afamado escritor James M. Cain.

"El Gran Gatsby" es una novela que no parece sorprendente en nuestro tiempo, en donde su tema de argumento, parece bastante recurrente y ya representado de muchas formas. El Nueva York de los veintes, desde la lucha de clases por medio de un amor que se muestra casi imposible, no parecería ser muy sugestivo. Pero paradójicamente tampoco fue bien recibida al momento de su lanzamiento (1925). Solo en los cincuentas, cuando se reeditó, cobró la dimensión que tiene hasta ahora, y llegó a ser incluida en la lista de los cien libros del siglo veinte, según el diario francés Le Monde.




Una obra que puede llegar a ser plana, que ha sido catalogada como ficción, a pesar de abordar temas bastante reales. Lo cierto es que el mayor valor de "El Gran Gatsby", no es el propio Jay Gatsby, sino la extraña personalidad de Nick, que le da vida a la leyenda de su vecino (Gatsby), de no ser así, estaríamos al frente de una historia más de amor.
Fitzgerald es considerado uno de los grandes escritores norteamericanos del siglo XX, junto a Faulkner y Hemingway.

Últimamente fue caracterizado, junto a su esposa Zelda, en la más reciente película de Woody Allen (Media Noche en París) y sigue atrayendo a lectores de ahora, que lo encuentran como el más digno representante de la denominada "Generación perdida". Con Gatsby, encontró el comienzo de una historia que todavía se sigue escribiendo.

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